Preparándose para el Invierno, las plantas se dejan despojar de todo aquello que ya no les sirve que transformado, será lo que más adelante las alimente. En la naturaleza, mientras todo parece morir alrededor, los árboles y otras plantas se aferran a su centro y a sus raíces: así como todo empieza a retraerse, a deshacerse de lo gastado, debemos nosotros deshacernos de las cargas de un año y concentrar la energía alrededor de nuestro centro.
El Agua Abismal es el elemento que rige el final del Otoño. Su característica es lo peligroso, o lo profundo. Está asociada a los meridianos emparejados de riñón (yin) y de vejiga (yang) y a la emoción de miedo que se acumula en forma de dolor en la zona lumbar, cerca de los riñones.
El Agua Abismal puede resultar peligrosa porque tiene la potencia para llevarse aquello que el Viento Suave no se llevó. La energía del Agua Abismal da miedo cuando nos resistimos al cambio e impedimos que su fuerza fluya y nos conduzca hacia el misterio de nuestras propias profundidades.
El Agua Abismal es un símbolo de todo lo que aún desconocemos dentro de nosotros mismos debido al miedo. Estamos en la estación en la que la Naturaleza se va acercando al aquietamiento del Invierno y nos sugiere el poder de la quietud a la hora de enfrentarnos a la adversidad. Ante la merma, la Naturaleza se vuelve hacia dentro y frena su actividad exterior. Es el momento de la reflexión, de la meditación.
APORTACIÓN
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clase suelta: 15€